La vida es un continuo, en cada uno de sus elementos.
El año pasado inhumamos restos orgánicos, después de un año oculto de la luz y del aire disponemos de nutrientes que alimentan nuestro huerto... le llamamos des-compost-puesto, pero no, es tan vital como el resto.
Puestos a la faena, experimentamos nuestras fuerzas,
nuestro tesón y esfuerzo.
Vencemos la resistencia del terreno y
coordinamos nuestros movimientos.
El trabajo en equipo permite el relevo, y donde uno se cansa, su compañero le sustituye.
Nuevo material... ¡hasta el año que viene!
POR LAS REITERADAS TAREAS Y LA PERSISTENCIA DEL TIEMPO
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