domingo, 6 de abril de 2014

los frutos de las flores (fanerógamas)


Con la primavera, acercándose las temperaturas a su grado óptimo, toda la naturaleza se despereza y activa su savia y fuerza. Es un hecho natural, espontáneo... matemático. La vida se demuestra por la constatación de su regeneración. Y en nuestro huerto-e se palpa este fragor e ímpetu, con ánimo de crecer y reproducirse. 

Puesto que aprender es <observar, analizar, explicar, controlar y predecir>, y vuelta a observar lo predicho, y analizarlo... dentro de un "método científico". Nuestro proyecto no escatima oportunidades para crear en nuestro entorno un clima de "asimilación e inmersión", formando parte de nuestra naturaleza.

Pues nos dimos una vuelta por el patio y de los naranjos amargos, ahora en flor, retiramos algunas de sus flores de azahar, y observamos...
que esta en concreto, se había adelantado y ya mostraba su fruto; la flor desaparecida, daba paso a su proyecto de perpetuación. Y nos preguntábamos, ¿qué había pasado? Pues vamos a averiguarlo.
tomamos una de las flores, retiramos sus hojas -pétalos-, y retirando los estambres dejamos al descubierto el pistilo, esa especie de bocina, o mas fácil de captar, trompeta.
 realizandole un corte en la base podíamos ver los huesos de la nueva naranja, su simiente, sus óvulos

estabamos contemplando el milagro de la perpetuación de la especie, curiosamente, esta vida se transmite de un modo muy similar a la de otros seres mas evolucionados.

Parece como si ya el "principio de Ockham" estuviera formulado: si en la naturaleza, ya hay un sistema que funciona, ¿para qué otro? y así al igual que la flor, así el mismo aparato genital femenino: donde el estigma, la bulba; donde el estilo, la vagina; y donde el ovario, el útero o matriz.

Y los elementos masculinos, los estambres, como siempre "alrededor" del pistilo.

 la polinización

la fecundación

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