INDUCIENDO EL
RAZONAMIENTO
El sudoku se nos presenta como una actividad
extraña y advenida, rara, y por tanto, de gente “superinteligente” … Pero en
nada lo es, si nos paramos a analizar, nos daremos cuenta que resulta ser una función espontánea de nuestro cerebro.
En cuanto que entramos en un espacio, analizamos, y comparamos con una
situación anterior, pues se analiza -eso si-, en función de experiencias previas.
RECUERDA, los humanos somos de por si
indagadores, curiosos, buscadores, observadores, …
Y
así, si llegamos a un lugar nuevo, nos pararemos a analizar que objetos están presentes y si fuera previsible algún
elemento relacionado que no está
presente que pudiéramos echar en falta... Esta respuesta es innata y por tanto previsible en una población
normal con bastante alta probabilidad.
Es
decir, la situación de búsqueda de un patrón sobre elementos que los construyen, es una tarea que abordamos naturalmente. ¿Qué tiene el juego del sudoku? Su
sistematicidad y catalogación por niveles de dificultad, que provoca distintas
estrategias de búsqueda de solución.
Cuando
faltan pocos miembros de un grupo, resulta fácil identificar a esos “culpables
de los inocentes”. Pero cuando son muchos entonces sus coartadas se multiplican
y … se dificulta su identificación…
El
juego “SUDOKU” se basa en tres reglas: Nunca se repiten sus elementos, ni en la
loseta, ni en la fila, ni en la columna.
El
juego en si es una COMBINATORIA en
su planteamiento, ningún elemento que integra al conjunto-equipo se ha de
repetir. Y así, podremos observar unos resultados lógicos y organizados.
Entramos
en un JUEGO DE ROTACIÓN Y ALTERNANCIA,
como un menú en una dieta… si todos
los elementos son de iguales características, aunque de identidades
diferenciales pueden proceder según estas reglas.
Así,
si partimos de cuatro colores… podemos organizarlos de la siguiente manera …
aplica el color y construye la secuencia
lógica que se te sugiere … (sin que
se repita ni en línea ni en columna.
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¡COMO PUEDES VER, RESULTA HASTA DIVERTIDO!